Valentina se muda de ciudad por motivos laborales, pero su mudanza no empieza con buen pie. Le roban su sillón de IKEA favorito. Pero le dejan una nota. Y a partir de ahí empieza un juego con su vecino Tristán, que al principio le saca de quicio pero terminará encantada. Se ve en ciertas situaciones que nunca pensó vivir, y poco a poco ambos empiezan a tener claro que no es un simple juego, que es algo más. Pero la vida es muy puñetera, los malos entendidos causan más problemas y nada es lo que parece. También hay otros personajes como Aritz, el jefe de Valentina guapo y casi perfecto que le dará más de un quebradero de cabeza, y Erica, la vecina y nueva amiga de Valentina que también tiene su historia.
Me ha encantado de principio a fin, no deja de pasar cosas y no pude dejar de leerlo hasta terminarlo. Fui conociendo a los personajes y no paraba de reir, y la historia de amor es tan bonita. Totalmente recomendado.
Mi puntuación es un 8.
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